El alisado consiste en modificar la estructura del cabello. Éste último está orientado hacia cierta forma (rizado u ondulado), y el alisado lo orientará hacia una forma diferente (para un resultado liso). Pero, para obtener este resultado, muchas son las técnicas posibles. Descúbrelas todas antes de escoger una para un alisado de éxito. 
 
El alisado tradicional es aquel en el que se utilizado ácido tioglicólico. «Éste penetra en el cabello para romper los puentes cistínicos antes de volver a unirlos. Esta acción química modifica las relaciones del cabello con el fin de tensarlo». Un modo radical de satisfacer tu deseo de cabello liso, pero más bien aconsejado para cabellos muy rizados y para un efecto de larga duración.
 
Si tu cabello es simplemente ondulado existen otras técnicas de alisado menos agresivas para el cabello. «Para comenzar, el famoso alisado brasileño a base de keratina. También el que utiliza cisteína y, por último, el japonés a base de proteínas de seda». ¡Una vez el cabello liso estará más suave y será más fácil de peinar!
 
Pero nada de ir a cualquier sitio o hacer cualquier cosa. Un alisado mal realizado puede alterar la materia de tu cabello. «Antes de correr a la peluquería debes respetar algunas reglas. Nada por ejemplo de optar por un alisado tradicional si tu cabello es teñido o decolorado». El cabello demasiado fino o demasiado sensible debe asimismo evitar este tipo de operación para preservar su salud y evitar volverse aún más frágil.
 
De vuelta a casa debes cuidar tu cabello recién alisado. «Si has optado por un alisado tradicional deberás utilizar champús y tratamientos para cabello seco con el fin de rehidratar la fibra que, necesariamente, se habrá resecado. Para el alisado, los champús sin sulfato son una buena solución para cuidar tu cabello en casa».
 
Nuestro truco: No realices más de tres alisados al año para no sensibilizar tu cabello. Sin embargo, en cuanto a tus raíces, que crecen con su aspecto normal, puedes rehacerlo cada 3 ó 4 meses.
 
© DR © Jean Louis David