El cambio capilar más atrevido de Marjorie

“Mis rizos siempre han dado de qué hablar y bueno, ¡lo entiendo! A mí me han hecho sobre todo perder horas y horas en el baño. Porque mi cabello rizado, aunque muy bonito, tiende a encresparse y secarse. Pero gracias al cuidado y el peinado cotidiano… Para darme un pequeño descanso, he optado por una solución radical: el alisado japonés”.

Desde el día en que nací mi cabello ha sido rizado. Una faena para mi madre que se pasaba el tiempo preparándome mascarillas, peinando y desenredando mi cabello. Durante mi adolescencia no soñaba con otra cosa: lucir un cabello liso como las heroínas de mis series de televisión favoritas que hacían juegos malabares entre brushings suaves y cabello liso. Pero mi madre ni pensarlo. No quería que yo desnaturalizase mi cabello o que pasara por soluciones agresivas para el mismo con tal de alisarlo.

Los años pasaron y finalmente me rendí. Pero cuando descubrí el alisado japonés, ¡fue como una revelación! ¿Un método que podía alisar mi cabello de forma duradera sin agredirlo? Nada podía detenerme. Así que fui directa a mi peluquería para realizarme un alisado japonés. Y hoy, milagro, ya no me paso horas por la mañana peinándome. Mi cabello está permanece en su sitio naturalmente y cuido de él todos los días para que permanezca bonito y suave.

Un cambio importante y visible porque cuando volví con mi pareja tras salir de la peluquería, ¡ni siquiera me reconoció!