Este año has decidido tomar las
buenas resoluciones capilares. Continua por ese camino siguiendo la regla número uno de todo buen peluquero: realizar de uno a dos lavados por semana, no más. ¡Te presentamos nuestros consejos para aguantar!
El cabello necesita una protección natural denominada sebo. Esas glándulas sebáceas situadas en la base del cabello lo engrasan y se expanden por toda la fibra para protegerla. "Si lavas demasiado tu cabello, incluso utilizando champús suaves, terminarás dañando esta protección natural". En el caso de algunas mujeres, estas glándulas son de lo más productivas. El resultado es el pelo graso. "Y cuando se tiene cabello graso, no hay más misterio, solo el champú puede ayudarte. Así es que utiliza un champú para
raíces grasas y puntas secas para evitar desengrasar demasiado el cabello que, a pesar de todo, necesita el sebo". El
champú seco puede ser utilizado eventualmente entre dos lavados para limpiar las raíces.
Más allá del aspecto del cabello también se debe tener en cuenta el factor psicológico. ¡Nadie puede hacer gran cosa al respecto! "Si eres de las que se lavan el pelo todos los días, lo ideal es no insistir en el cuero cabelludo y trabajar más bien los semilargos y las puntas". Para ello, evita apelmazar demasiado el cabello para no desengrasarlo completamente, lo que lo dañaría y lo volvería eléctrico.
Si has cogido la costumbre de
lavar tu cabello al menor signo de suciedad, ¡cambia este hábito cuanto antes siguiendo nuestros consejos! Realizar un lavado porque tu cabello luce sin vida o a tus rizos les falta volumen no es la buena solución. "El primer día, el cabello luce suave y brillante; el segundo, ya un poco menos, aunque una pasada de peine basta para recuperar su brillo. El tercer día, sois muchas las que optáis por el lavado porque las raíces están generalmente más grasas. Para evitarlo, recoger el pelo puede ser una buena solución. Ten en cuenta que existen productos de peinado como la
laca o la
mousse de peinado".
Nuestro truco: ¡Para acostumbrar a tu pelo a pasar de tres o cuatro lavados por semana a uno o dos vas a necesitar hacer un esfuerzo! Habitúate progresivamente. Pasa de cuatro a tres, a continuación de tres a dos y, si verdaderamente no puedes, puedes volver a tres de vez en cuando. Se trata de acostumbrarse. En cuanto te hayas acostumbrado, ya no tendrás la impresión de lucir cabello sucio o graso.