El velo de monja es perfecto para proteger las orejas del frío, aunque no deja de ser un accesorio que causa sorpresa al verlo en las cabezas de las más fashionistas. En el desfile de Mugler, las modelos lucían con orgullo sus velos, que llevaban atadas en la parte baja del cuello y con la visera puesta a la altura de los ojos. ¿Llegaremos a ver esta tendencia invadiendo las calles? Lo analizamos.
 
El velo de monja que hemos visto en los desfiles. Retro y con un corte muy definido. El velo de monja que hemos visto en el desfile es perfecto para animar los total-looks negros o sublimar un look blanco y negro. Al ser muy largo, permite que quienes la llevan vayan completamente de “incógnito” y nos recuerda a los estilismos que lucían las azafatas de los años 50. Un accesorio que ha sabido dar un salto en el tiempo y situarse en las tendencias del año 2013.
 
¿Con qué nos quedamos? Quizás con la forma… Aunque para evitar dar la impresión de que llevamos un “tocado de monja” lo mejor es escoger este accesorio en un color que no sea en blanco. Es el color el que le da ese aspecto monjil al accesorio. Aunque estamos seguras de que si la llevamos con un bonito estampado, con una textura distinta como la lana o incluso las lentejuelas, ¡puede ser un accesorio muy divertido! Los complementos están hechos para divertirse con ellos, no para hacernos sentir vergüenza, sino para que nos hagan sentir bien. Los velos de monja están bien, pero solo si son originales y calentitos. Y es que al fin y al cabo, ¡es lo único que vas a necesitar este inverno!
 
¿Cómo llevarlo? Da igual el peinado que elijas, ya que el velo cubre toda la cabeza. Aunque quizás lo mejor sea que lleves el cabello suelto para que no tengas que retocarte el peinado cuando te lo quites. Es un accesorio perfecto si vas a pasar un fin de semana en Italia al mas puro estilo Grace Kelly, recorriendo la costa mediterránea en un descapotable.
 
© Pixelformula / Desfile Mugler prêt-à-porter, Otoño-Invierno 2013-2014 © Jean Louis David