Las estrellas hollywoodienses de los años 50 propulsaron numerosos peinados, coloraciones y accesorios de peinado delante de la pantalla. Peinados muy copiados a día de hoy, ¡imitados y adorados! Descubre los peinados indispensables de los años 50. 
 
Los rizos esculpidos. Es probablemente el peinado más propio de los años 50. Un peinado digno de las estrellas hollywoodienses y rápidamente copiado por la más común de las mortales. Rizos estilo Marilyn Monroe que pueden lucirse sobre melena cuadrada o cabello semi-largo. Y, si tu cabello es rubio, ¡es incluso mejor para seguir la tendencia de los años 50!
 
El sombrero velado. Ese pequeño trozo de tejido transparente en encaje o en tul se colocaba sobre los sombreros de las francesas más elegantes de los años 50. Mayor símbolo de elegancia, hoy en día lo reservamos para las grandes ocasiones, especialmente las bodas.
 
El cabello ondulado. Las ondulaciones realizaron su aparición en los años 20 pero volvieron con fuerza durante los años 50. Para entonces se llevaban menos marcadas y más bien sobre cabello semi-largo o largo (el corto ondulado se reserva a los peinados de los años 20). Acentúa el movimiento sobre los mechones de delante o juega a la femme fatale engominando los mechones ondulados a un lado.
 
El moño italiano. ¡Cópiaselo a Grace Kelly! Un moño estricto, muy glamuroso y que gana volumen por detrás. Antes de realizar tu moño italiano por detrás comienza por cardar el cabello situado por encima de la cabeza y recógelo en tu moño. Vaporiza laca generosamente para que aguante perfectamente.
 
El rubio platino. Marilyn Monroe y Grace Kelly fueron los emblemas de esta mítica coloración. Un color glamuroso que te confiere inmediatamente aires de femme fatal y que democratizó el concepto de la coloración.
 
El corte garçon. A contracorriente de las bellezas de Hitchcock llegó una nueva visión de la mujer. Más emancipada, más masculina, lucía un corte a lo garçon, siguiendo a estrellas como Audrey Hepburn. Un corte muy corto que descubre la nuca de la mujer pero que no pierde ni un toque de feminidad.