Los habitantes de las ciudades sufren de lleno las consecuencias negativas de la contaminación. Tubos de escape, humo, vapor, el estrés… La contaminación conlleva muchos factores que pueden dañar tanto tu cabello como tu ánimo. Y dado que tu cabello es el reflejo de tu estado de ánimo, ¡mejor cuidarlo!
 
Pero no creas que lavar tu cabello más a menudo le hará más resistente frente a la contaminación. Al contrario. Cuanto más lo lavas, más sensible se vuelve. «Sobre todo si el cabello ya está dañado, en cuyo caso lavados muy seguidos lo dañarán aún más. Y es que lavando el pelo, haces desaparecer también la barrera que le permite defenderse». Así que plantéate espaciar los lavados. Dos (o tres máximo) por semana bastarán.
 
Cuando tu cabello es agredido por la contaminación, sufre las consecuencias. «Como resultado, el pelo se vuelve más sensible y se rompe más fácilmente. Por ello creamos hace ya varios años la gama Urban Care. Destinada a mujeres urbanitas, protege el pelo de las agresiones externas gracias a los filtros UV y a las numerosas vitaminas que contiene». Una solución eficaz para proteger tu cabello en el día a día contra las agresiones externas propias de la ciudad.
 
Si a pesar de todo tu cabello sufre los efectos de la contaminación, tendrás que cuidarlo dependiendo de su estado. Si la contaminación tiende a volverlo frágil, apuesta por productos que le devolverán su brillo como, por ejemplo, los sérums. «Para el cabello seco la hidratación será lo primero, con champús y mascarillas nutritivas. Finalmente, si tu pelo es muy sensible a las agresiones extuernas, utiliza productos de peinado o sin aclarado, cuyo efecto durará todo el día».
 
Nuestro truco: Otra solución para proteger tu cabello de la contaminación, ¡los accesorios capilares! Apuesta por el sombrero, como la fedora o el borsalino para estar a la última. También puedes llevar un fular. «No es necesario lucirlo todo el tiempo, aunque tenlo a mano para cuando necesites proteger tu cabello».