Analizamos 3 tratamientos imprescindibles de tu rutina capilar y... ¡te mostramos todos sus secretos!
El champú
Si tuvieses que usar tan solo un cuidado, ¡este sería el elegido! Este producto elimina los residuos, la contaminación y las pieles muertas que se acumulan día tras día. Además, prepara a tu cabello antes de recibir los demás tratamientos o productos de peinado. Por último, consigue que tu melena esté siempre brillante, suave y fuerte. Eso sí, debes elegir siempre un producto que se adapte a tu tipo de cabello.
Lávate la melena dos o tres veces a la semana como máximo. También puedes alternar dos productos que respondan a diferentes necesidades. Por ejemplo, si tienes el cabello teñido y graso, o el cabello seco y canoso.
El acondicionador
Se aplica siempre después del champú, y su principal objetivo es suavizar tu melena para que sea más fácil de desenredar. Puedes usarlo en cada lavado si en tu cabello se suelen formar nudos. De lo contrario, no debes aplicarlo de forma sistemática. Lo mejor es que evites los productos ricos en silicona para no aportarle pesadez a tu melena.
La mascarilla
Este es, sin duda alguna, el tratamiento más rico e intenso para tu cabello. Es el más indicado para reparar, restructurar y regenerar la fibra capilar, ya que penetra en profundidad. Aplícala únicamente en las medias puntas y en las puntas. Por norma general, las raíces no necesitan este tipo de tratamiento ya que se trata de un cabello reciente y en buen estado. De hecho, si la usas en esta zona, podrían apelmazarse.
Reparte siempre la mascarilla de forma homogénea en toda la melena. La cantidad necesaria dependerá de tu tipo de cabello (fino, grueso, corto, largo, rizado...). A continuación, déjala actuar entre 3 y 15 minutos (según tus necesidades) y acláratela bien. ¡El resultado es inmediato!