El sol, el mar, las salidas... El verano puede ser terrible para el cabello, sobre todo cuando el exceso de sebo se suma a la fiesta. ¡Descubre los pasos que debes adoptar para que tus problemas capilares también se vayan de vacaciones!
Combate los daños del sol
Las altas temperaturas potencian la actividad de las glándulas sebáceas responsables del cabello graso. Así, las raíces se engrasan mucho más rápido en verano, a lo que hay que sumar la transpiración, que hace que el sebo se deslice por la fibra capilar. En definitiva, todo un círculo vicioso que hace que el problema se extienda a todo el cabello. ¿La solución? Llevar un sombrero para proteger el cuero cabelludo del sobrecalentamiento de los días de mucho sol. También debes lavar tu cabello a diario para purificar el cuero cabelludo. Apuesta por un champú reequilibrante para tratarlo y aplícate una mascarilla de arcilla verde en las raíces para absorber el exceso de sebo.
Convierte el mar en tu spa capilar
El sol hace que las raíces se engrasen, mientras que el agua del mar purifica y tonifica el cuero cabelludo gracias a la sal y al plancton que contiene. Aprovecha el baño para mojar tu melena y aportarle así todos sus beneficios. Tómate unos dos minutos para masajear tu cuero cabelludo y realizar así una exfoliación natural. Tu melena quedará más sana y ligera. Por la noche, aclárate bien el cabello con agua limpia para retirar la sal de la epidermis, ya que podría fijarse al cráneo y anular el efecto beneficioso del agua de mar. Después del lavado, utiliza un cuidado sin aclarado ligero para rehidratar tu melena sin aportarle pesadez y evitar que se vuelva áspera y seca. El cabello tiene tendencia a resecarse por la combinación del sol y la sal marina.
