Aunque se trate de un reflejo cotidiano, cepillar el cabello no deja de ser un hábito imprescindible. Eso sí, hay que dominar la técnica correcta. Analizamos los gestos que debes adoptar.
Si se hace como es debido, el cepillado potencia el brillo del cabello y estimula la circulación sanguínea; algo que no debes pasar por alto porque, si se hace mal, puede provocar la aparición de puntas abiertas.
Elegir el accesorio adecuado
Cuando eliges un cepillo que no es el adecuado, puedes provocar todo un drama: electricidad estática, irritación del cuero cabelludo, puntas abiertas... Todo un desastre que puedes evitar si optas por accesorios que respeten tu melena, sobre todo si ya está debilitada. Deja a un lado aquellos fabricados con materiales sintéticos, y apuesta por las especialmente suaves cerdas de jabalí. Y, si tienes el cabello grueso, puedes usar un cepillo que contenga cerdas de jabalí y de nailon: es una combinación ideal para desenredar bien las melenas más densas.
Cepillarse siempre el cabello cuando está seco
La rotura está asegurada si cepillas tu melena al salir de la ducha. Cuando la fibra capilar está impregnada de agua se vuelve especialmente frágil, por lo que te aconsejamos que te peines antes del lavado, Por último, utiliza un peine de dientes largos para desenredar el cabello húmedo sin estropearlo.
Peinarse antes de ir a dormir
¿Creías que era suficiente con cepillarse el cabello por la mañana? Pues hacerlo por la noche es igual de importante y no debes olvidarlo, ya que ayuda a eliminar las impurezas que se acumulan durante todo el día. Además, limpia los residuos del gel de fijación o de la laca. Tu cuero cabelludo respirará mejor durante la noche y evitarás que se engrase.
