Estos dos productos se aplican después del lavado para perfeccionar tu rutina capilar. Te mostramos cómo diferenciarlos y cuál debes elegir en función de tus necesidades.

Un simple champú no es suficiente para reparar el cabello o protegerlo de las agresiones externas (aparatos de calor, coloraciones, etc.). Necesitas algunos cuidados complementarios para mimar tu fibra capilar.

El acondicionador para decir adiós a los nudos

Su objetivo principal es suavizar la melena para que se desenrede con facilidad. Se utiliza desde la niñez para evitar los nudos . Puedes usarlo cuando tengas el cabello enredado y después de cada lavado si es necesario. Si tienes el cabello corto este producto no te será muy útil, pero es perfecto para cuidar tu melena si la llevas al natural y está en buen estado. El acondicionador deposita un velo protector en la fibra capilar que vuelve el cabello más suave y brillante.

La mascarilla para reparar en profundidad

Al contrario que el acondicionador, que actúa en la superficie, la mascarilla reestructura la fibra capilar en profundidad. Es ideal para los adultos porque es demasiado rica para el cabello fino y frágil de los niños. Además, está especialmente indicada para las melenas deshidratadas, sensibilizadas y estropeadas y puede utilizarse una vez a la semana o al mes, dependiendo del estado de tu cabello. Lo mejor es espaciar el tratamiento a medida que tu melena se vaya recuperando.

Un dúo excepcional

Lo mejor es que alternes el acondicionador con la mascarilla para evitar que tu melena se vuelva pesada por el exceso de tratamiento. Eso sí, puedes combinarlos para regenerar tu cabello si este lo necesita y está castigado por las coloraciones y los aparatos de calor.

Productos que se adaptan a cada necesidad

El objetivo del acondicionador es el mismo independientemente del producto: ¡te ayuda a eliminar los nudos! Lo mejor es que elijas un producto que se adapte a tu tipo de cabello dentro de la misma gama de tu champú habitual. Por el contrario, debes ser bastante selectiva con tu mascarilla, ya que se trata de un cuidado intensivo que debes elegir según la naturaleza de tu melena. Si tienes el cabello estropeado, opta por una mascarilla rica en karité, que es altamente nutritivo. Si tus raíces tienen a engrasarse demasiado rápido, lo mejor es que elijas una mascarilla de arcilla verde para tratar el exceso de sebo. Para el cabello teñido, escoge una fórmula específica que preserve los pigmentos y te aporte brillo. Y, por último, si tienes prisas y te cuesta respetar los tiempos, opta por una mascarilla de acción inmediata.