Ya se sabe que las puntas son la parte más frágil del cabello. Por eso, en invierno hay que redoblar la vigilancia para que no se estropeen a causa del frío, del viento y de la humedad. Te aconsejamos.
Utiliza cuidados de prevención
En invierno más que nunca, lo mejor es prevenir que curar las puntas secas y estropeadas. Sabemos que no hay que saltarse la mascarilla regeneradora después del champú, pero eso no es suficiente. Debes usar un producto termo-protector antes de cada brushing para que esta zona tan sensible no se reseque cuando te peinas. Y, sobre todo, aplícate en las puntas de forma sistemática un cuidado hidratante sin aclarado, como el Nutri Sérum de Jean Louis David. Este concentrado nutritivo las hidrata en profundidad y las protege de las agresiones externas (el frío, la lluvia, la nieve…) para evitar que se abran. Para terminar, utiliza un aceite específico una vez a la semana para revitalizarlas bien y hacer que se vuelvan más resistentes.
Adopta un peinado que proteja el cabello
Los gorros, las bufandas, los jerséis de cuello alto, los abrigos gruesos… En invierno, el cabello sufre a causa de la ropa y los accesorios, y las puntas son las primeras que se enfrentan a numerosos roces que las debilitan día tras día. No hay nada como un peinado alto para protegerlas rápidamente. Una cola de caballo si tienes una media melena o un moño tipo bun si tienes el cabello muy largo; cuando se trata de cuidar las puntas, hay un recogido fetiche para cada cual.
Nuestro truco: corta tu melena con regularidad para eliminar las puntas abiertas y asegurarte de que siguen en buen estado.
