¿Estás segura de que utilizas el champú adecuado y de que lo aplicas correctamente? Descubre todos nuestros trucos para obtener una rutina capilar perfecta.

El champú es una etapa esencial para el mantenimiento de tu cabello, porque elimina los residuos que se acumulan día tras día (contaminación, pieles muertas y los restos que dejan los productos de peinado), y estimula el cuero cabelludo.

Adapta el champú a tus necesidades

El secreto para lavarse bien el cabello es saber responder a todas sus necesidades.

● Si tus raíces son grasas, opta por cuidados purificantes y reguladores de sebo.

● Si tu cabello está seco y quebradizo, escoge un champú hidratante que refuerce la fibra capilar, y lucirá más bonito lavado tras lavado.

● Si a tu melena le falta cuerpo, elige un champú que aporte volumen.

● Si has adoptado una coloración, apuesta por una fórmula específica para preservar sus pigmentos.

Lo ideal es alternar dos champús para subsanar todos tus problemas capilares.

Adopta una buena frecuencia de lavado…

Evita lavarte el cabello a diario, ya que podrías retirar la película protectora natural de la fibra capilar y esta se volvería más vulnerable a las agresiones externas. Además, si tus raíces tienden a engrasarse, esto estimularía las glándulas y haría que secretasen sebo en exceso. Lo mejor es que espacies los lavados y los realices 2 veces a la semana o 3 veces como máximo, que el producto tenga una fórmula suave y que sea de uso frecuente. Entre cada lavado, puedes utilizar un champú seco para refrescar a tu melena.

… y sigue los pasos adecuados

Cuando hayas desenredado tu melena, mójatela completamente. Debes aplicar el primer champú únicamente en las raíces, una pequeña cantidad es suficiente. Lo mejor es hacer varios lavados ligeros que uno solo utilizando demasiado producto. Continúa masajeándote el cuero cabelludo con la punta de los dedos realizando movimientos circulares para favorecer la circulación sanguínea. Deja actuar el producto durante algunos segundos y acláratelo abundantemente con agua templada. Para limpiar bien tu melena, usa otra dosis de champú posteriormente. Emulsiónalo, reparte la espuma en todo el cabello y acláratelo bien.

Completa tu rutina con un cuidado

Continúa tu rutina con un acondicionador que suavice la fibra capilar y facilite el peinado. Aplícalo poco a poco en puntas y medias puntas para no excederte y no aportarle pesadez a tu melena. Por último, acláratela con abundante agua.

Si tu cabello está estropeado, opta por una mascarilla nutritiva que repare en profundidad la fibra. Debes elegirla en función del estado de tu melena y del grosor de tu cabello. Empieza repartiendo una buena dosis de producto en cada mechón, de medias puntas a puntas insistiendo en estas últimas. No apliques tu mascarilla en las raíces a no ser que desees tratar el exceso de sebo con una que contenga arcilla verde. Déjala actuar el tiempo indicado en el envase y acláratela abundantemente con agua. Si tu melena de verdad lo necesita, lo mejor es que la uses después de cada lavado. Si no, una vez a la semana es suficiente.

Termina aclarando tu cabello con agua fría para aportarle brillo.