La raya es una separación natural del cabello. Si decidieras no tenerla tendrías cabello por detrás o por delante. Así, la raya constituye una separación que permite orientar el cabello de la manera que desees. Raya al medio, raya al lado, raya en diagonal… ¿cuál adoptas tú?

 

La raya, modo de empleo. La raya permite orientar tu corte, tu peinado. Pero lo ideal es no contrariar demasiado esta raya natural. Cada cabello tiene una orientación y una manera de moverse por lo que una raya que no se corresponde con la natural no será una buena opción, porque ésta última volverá siempre.

 

Las rayas a adoptar. Cada raya se escoge en función de tu peinado y corte. Se coloca en función del espesor pero también de la orientación natural del cabello. La raya adoptada determina la colocación del volumen de tu melena sobre tu cabeza. Si realizas una raya al lado más o menos alta lucirás un peinado asimétrico más o menos pronunciado. Si deseas que tu raya no sea demasiado visible, trázala de forma oblicua. Las rayas redondeadas (y de lado) son un excelente modo de aportar volumen a la parte alto del peinado, y también de subrayar determinados efectos, especialmente los de una coloración. Las rayas muy bajas y de lado permiten jugar con tus largos haciéndolos pasar por un flequillo lateral. Una raya muy recta y cabello fijado te conferirán un aire estricto.

 

Trazar la raya. Una raya perfecta debe trazarse con un solo gesto. Peina en conjunto de tu melena hacia atrás, coloca tu peine a nivel del comienzo del cabello y tira hacia el diente más grueso de tu peine antes de separar los dos lados. Es importante que tu cabello esté liso o en todo caso perfectamente peinado. Trázala idealmente sobre cabello mojado, aunque también puedes hacerlo sobre cabello seco. El cabello rizado debe privilegiar los peines de cola para trazar la raya utilizando la cola.